Dios mío se que tu también lo viste
ahí en las calles del mercado
entre el lodo y la llovizna agazapado
ese niño sucio desarropado
esperando ansioso e impotente
que su hermanita descarapara urgente
ese naranjo aún no maduro.
Vamos a comer ñañito!..le decía,
con su carita toda dulzura,
digna madre prematura,
intentando vivir, la vida que es tan dura.
Cuando sin pensar, volteo a mirarme
se me quebro el corazon, lo sabes,
la mire a sus ojos fijo
y casi en llanto vi mi vida reflejada
pues fui también un niño
y algunas veces se me había negado
tener en la mesa ese pan que es tan preciado
se lo que es el hambre y como cruje en las entrañas.
despertar cada dia, sin qué comer en las mañanas.
Dios tu lo viste.!!
y aquí de frente, quiero que me digas
de estos niños cuál es el pecado.
tu tan poderoso y abnegado
porque! los has abandonado?
acaso no te importa el dolor del inocente?
y en vano el mundo cree en el dios omnipotente?
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